Suregrow de Dodson & Horrell, el mejor comienzo para su vida

por Special Feeds

Primera parte del artículo originalmente publicado por Dr Marga Mas-Fiol, experta en nutrición equina de Dodson & Horrell.

POTROS A PARTIR DEL DESTETE

El momento del destete conlleva un estrés importante, y no es extraño que se produzca una ralentización del ritmo de crecimiento que se puede alargar hasta 3-4 semanas. Existen varias estrategias para mitigar este impacto, como la introducción de un granulado para potros lactantes, para que se acostumbren al alimento sólido de forma progresiva. El perfil nutricional de estos piensos se queda corto, sobre todo a nivel de proteínas y micronutrientes (vitaminas y minerales)
una vez el potro deja de tomar leche materna. A partir del destete, los potros toleran bien una dieta a base de heno combinando prado, avena y/o alfalfa, que deberá ser de la mejor calidad disponible para poder cubrir los requerimientos de macronutrientes (energía, fibra y proteína). En muchos casos, hay que complementar la dieta con granulado o mezcla, aunque es importante evitar su uso excesivo (una situación en la que es fácil caer cuando intentamos evitar retrasos
en el crecimiento del potro debido a una pobre calidad del forraje). Esta es una práctica de alto riesgo, ya que un exceso de carbohidratos no estructurales (almidones y azúcar, presentes en las partes no fibrosas de la planta), con altos niveles de energía, está relacionado con la aparición de enfermedades ortopédicas del desarrollo. Los cereales solos o mezclados están desaconsejados como base de la dieta del potro en crecimiento, ya que carecen de proteínas, vitaminas y minerales esenciales suficientes.

Cómo adaptar el plano nutricional a cada etapa de crecimiento
El forraje y el pienso son los bloques fundamentales de la dieta del potro, mientras que el perfil proteico y de vitaminas y minerales permiten consolidarla. Combinando estos elementos en diferentes proporciones, según las etapas de crecimiento del potro y la calidad del forraje, que varía a lo largo del año, creamos una ración completa y evitamos el riesgo de un exceso de energía. A partir de los doce meses y hasta los dos años, el ritmo de crecimiento del potro se ralentiza1,3, a la vez que aumenta su capacidad digestiva para tolerar una mayor cantidad de forraje y/o alimento concentrado. Sigue siendo imperativo cubrir sus necesidades de proteína, calcio y fósforo, y un equilibrador para dietas de cría puede ser una inversión
de alto retorno para cualquier yeguada. Se requieren pequeñas cantidades (0,5-1 kg) al día y se puede adaptar a cada etapa y calidad de dieta: una opción segura y versátil para ahorrar en concentrado.

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